Amigas con Encanto

Hoy es su día. Todos los jueves quedan para comer Raquel y Mabel y luego van a buscar juntas a los niños al San Ignacio. Este jueves de septiembre es especial porque es el primero del curso. Después del verano, una vez empieza el colegio, ellas empiezan su rutina semanal preferida. Se ponen al día, sin hombres, y se relajan. O se dan ánimos, según se hayan levantado ese día. Y siempre comen en Casa Lola, a tres calles del San Ignacio, que desde que se lo quedó la hija ha pasado de la fabada y la ensalada verde, al tartar de atún y el milhojas de calabacín con salsa de vino blanco.

No les hace falta reservar, Luisa las conoce de sobras y sabe que los jueves escolares a las tres de la tarde tiene que tener la mesa para dos de la ventana guardada para ellas. Raquel ha llegado un poco antes de lo habitual. Hoy en la clínica dental que dirige le han anulado las dos visitas de última hora de la mañana y ha podido avanzar con el papeleo que tiene que enviarle cada mes a la gestora. Para esperar a Mabel ha pedido una copa de vino blanco. Mauri, el chico de la barra, le recomienda un Bella Pilar, que les acaban de llegar. Un Encanto. Cuando Raquel ve la botella se acuerda que de este viñedo ya probó el Carisma, que lo compró su marido para una cena con Blas y Mabel antes de las vacaciones. Le encantó.

Su amiga llega puntual. Los horarios de los colegios son británicos. A las dos y media suena el timbre del instituto y se terminan las clases. Mabel es profesora de Historia en el instituto Arcipreste de Hita en el barrio de Entrevías. A Blas no le gusta que trabaje ahí, pero ella se siente realizada. Raquel tampoco ha pisado nunca ese barrio, pero entiende a su amiga. A pesar de nacer en una buena familia, cuando su padre las abandonó, a ella y su madre, las dejó con una mano delante y otra detrás. Lo pasaron mal, muy mal, pero supo salir del agujero y ahora quiere ayudar a salir de él a chicos y chicas con menos suerte que ella. Y lo más importante, Mabel es feliz así.

“¿Qué tal, guapa? ¡Estás muy morena! ¿Y la barriga? A ver…”. Mabel está radiante con su tercer embarazo. Está de cuatro meses y ya ha superado el temido primer trimestre sin náuseas ni nada. Con el de Alba sí que lo pasó mal. Raquel se alegra sinceramente por Mabel, pero no puede evitar que se les empañen los ojos. Y su amiga lo nota. Le da un abrazo de aquellos silenciosos que hablan por sí solos. Raquel, en su segundo embarazo, de gemelos, tuvo un accidente con el coche una noche lluviosa volviendo del trabajo. Ella casi no lo cuenta, pero los gemelos no llegaron nunca.

“Luisa ha fichado a un cocinero que ha estado trabajando cinco años en Japón y dice que hace un sushi espectacular”. Dos ensaladas Waldorf y un variado de makis, nigiris y futomakis para compartir. “Para beber seguiremos con el Encanto, ¿encaja con el sushi, verdad?”. “¿Te acuerdas del vino de los bailarines que bebimos en tu casa?”. Fue el día que Mabel les anunció su nuevo embarazo. A Raquel le gustaría volverlo a intentar, pero no sabe cómo pedírselo a Miguel. Ella cree que nunca se lo ha perdonado, que en el fondo la culpa del accidente. “Han pasado 8 años, estoy segura de que él también querría intentarlo”. Mabel lo sabe porque lo ha hablado alguna vez con Miguel, que también le da miedo proponérselo a su mujer porque teme que se moleste. En las parejas se generan unos temas tabús por culpa de malentendidos que a veces minan muchos matrimonios. “Gracias! Este sábado Elisa se queda a dormir con sus mis padres, prepararé una cena especial y lo hablaré con él”. Mabel coge la botella de Encanto y escribe a la altura del nivel del vino: ‘Raquel quiere otro hijo y lo va a intentar’. “Compra un Bella Pilar para el sábado, eh!”. #momentosbellapilar

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