La Pureza de un buen maestro

La directora del instituto, Mónica Marín, ha convocado a cinco profesores a una comida de trabajo. Raquel es una de ellos. No está en el equipo directivo del Arcipreste de Hita porque no quiere. La directora se lo pide cada final de curso, pero ella se resiste, aunque sabe que tarde o temprano tendrá que decir que sí. Mónica dirige uno de los centros escolares públicos más complicados de la ciudad, con un nivel alto de segregación que necesita profesores motivados, y no simples funcionarios. Raquel se toma su trabajo con estos chicos y chicas muy en serio, se preocupa por ellos y por su futuro, y los alumnos la adoran. Por ese motivo, cuando la directora necesita consejo para tomar decisiones importantes, organiza una comida fuera del colegio con los profesores en quienes más confía. Pero esta vez hay algo distinto a las otras ocasiones y no saben qué es.

Han quedado un viernes para poder alargar la sobremesa. Ha reservado una mesa redonda para seis en Don Manuel, un restaurante de los de toda la vida del barrio. Comida clásica, sin sorpresas, sin fallos. Se sientan y enseguida viene el camarero con las cartas y les pide la bebida. Se miran con cara de ‘¿qué hacemos?’, y Raquel les lee el pensamiento. “Trae agua y vino, que es viernes. ¿Qué nos recomiendas?”. El camarero les pregunta si conocen los vinos Bella Pilar. “¡Claro! ¡Los de los bailarines!”. Los compañeros admiten que no, pero que si Raquel sí, confianza plena. “Hoy el plato del día es bacalao al pil pil, si optan por este, les recomiendo el blanco Pureza, un vino perfecto para acompañar un pescado blanco”. Hecho.

Los seis son algo más que compañeros de trabajo. Coincidieron en el instituto sin conocerse de antes, pero conectaron rápidamente por su manera de ver la educación y su profesión. Esto no pasa siempre, y muy a menudo, en la educación pública, tienes que trabajar con gente que piensa muy diferente, o incluso que no te entiendes.

Una vez han pedido y con la copa de Pureza bien fresca delante, la directora suelta la bomba. “En Navidad me voy”. Cejas arriba y ojos como platos. “¡Qué dices! No hagas bromas con esto”. Sin la personalidad de Mónica, un instituto como el Arcipreste no sería como es. Y nadie pelea como ella con la Comunidad para tener más recursos, que siempre son escasos. “La empresa envía a Arturo a Suecia a dirigir una planta que acaban de construir y hemos decidido que nos vamos toda la familia con él, nos irá bien un cambio de aires”. Mónica les cuenta que la multinacional de su marido le ha buscado un trabajo para ella, como profesora de español en una universidad. “Si es lo que queréis y os hace ilusión, ¡brindemos por ello!”. Las copas llenas de líquido amarillo pálido con reflejos verdosos chocan alegres. “¿Y qué haremos sin ti en el instituto?”, pregunta Raquel. “He propuesto tu nombre al departamento de Educación para sustituirme, nadie lo hará mejor».

Mónica coge la botella de Pureza y apunta en la etiqueta “Raquel será la nueva directora del instituto Arcipreste de Hita en 2021” y se la da. Ella a su vez coge el tapón de corcho y apunta la fecha: 23 de octubre de 2020. Mónica y Raquel se funden en un abrazo. #momentosbellapilar

Bella Pilar
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